En esta noche negra de mi corazón
quiero que los aullidos del oscuro viento de invierno
te hagan llegar los cálidos suspiros de mi alma
para devolver la luz y el color a tu mirada enamorada.
Olvidarme de la necia impotencia de la razón,
que no entiende lo que siente el corazón,
angustiando tu alma y la mía
con el dolor de lo que debería ser.
Te quiero,
y aunque no sé por qué,
es lo que siento,
y con eso me quedo.
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